Quiero compartir contigo mi versión personal de salsa marinara. En lugar de seguir medidas exactas, prefiero disfrutar cada parte del proceso y ajustar los ingredientes según mi paladar y el de mi familia.

Utilizo una olla de un galón (3.78 litros) como guía para asegurarme de tener suficiente las próximas dos semanas.

Ingredientes:

  • – Tomates maduros (de 10 a 13 libras, esto puede variar de acuerdo al tamaño y al peso).

    También puedes comprar 5 latas de tomate san marzano entero. Your call.

  • – Sal (3 cucharadas).
  • – Pimienta (1/2 cucharadita).
  • – Albahaca fresca (al gusto).
  • – Media cebolla grande, picada.
  • – 4-5 dientes de ajo, picados.
  • – Azúcar (5 cucharadas).
salsa-marinara

Instrucciones:

  1. Comienzo por hervir agua. Alcanzado el hervor, sumerjo los tomates por solo cinco minutos. Esto ayudará a aflojar la piel.
  2. Retiro los tomates del agua caliente y los dejo enfriar con calma. Una vez fríos, les quito la piel y el tallo. Aprovecho este momento para dejar los apuros a un lado y deleitarme en el proceso. Recuerda que te puedes saltar esta paso comprando las latas de tomate. De nuevo, Your call 😉
  3. Luego, licúo los tomates y vierto el jugo resultante en una olla amplia. A fuego medio-bajo, dejo que hierva, permitiendo que los ingredientes se concentren y se desarrollen.
  4. Durante la cocción del tomate, preparo un sofrito con la media cebolla grande y los dientes de ajo picados. Sofrío esta mezcla en una sartén aparte hasta que esté transparente y, luego la incorporo al tomate.
  5. Continúo cocinando, al menos una hora más, para que los sabores se integren. Voy probando y ajustando los condimentos a mi criterio. Me encanta agregar sal, pimienta y albahaca fresca según mis preferencias.
  6. Lo más importante, con esta y cualquier receta, es probar hasta que ya no puedas parar de probar de lo deliciosa que está. Es ahí cuando está lista.
  7. Tras lograr el punto de gusto delicioso, retiro la olla del calor y la dejo enfriar. Luego, divido la salsa en envases para congelar y tenerla disponible para futuros platos.

La cocina es un espacio de libertad donde puedo experimentar y ajustar el sazón sin seguir muchas reglas, sino deleitándome en cada etapa. Esta preparación casera se convierte en la base de muchas de mis recetas. Desde un reconfortante minestrone y una sabrosa sopa de tomate; hasta un plato de garbanzos y, por supuesto, la clásica pasta. En la cocina, no existen límites cuando se trata de pasar un buen rato y experimentar con los sabores.