En enero de 2013, comencé un viaje que ha sido marcado por una montaña rusa de emociones: momentos de pura alegría entrelazados con dolor profundo, episodios de miedo y tristeza seguidos por etapas de duelo y, finalmente, alivio.
Pruebas que pusieron a prueba mi fortaleza de formas inimaginables. Perdí a cuatro bebés, sobreviví a una hemorragia interna que casi me cobra la vida y me sometí a una cirugía que me dejó con grandes interrogantes.
A pesar de las adversidades, me encuentro en un lugar donde puedo decir, sin duda, que volvería a pasar por todo de nuevo. Las lecciones aprendidas y la luz que estas experiencias han traído han iluminado las sombras, brindándome una perspectiva y una fortaleza que nunca supe que tenía.
A través de mi historia, espero encender una chispa de esperanza en aquellos que enfrentan sus propias batallas.